Vivir en Bursa



Seguimos nuestra formación sobre el día a día de nuestros colegas turcos.

Bursa es una ciudad moderna, con una industria muy diversificada: textil, maquinaria, alimentación. De entre todas, destaca la automovilística, que concentra hasta ocho marcas y convierte a la ciudad en el centro de producción más grande del país en el sector. Esto tiene una gran incidencia en los altos niveles de contaminación que se registran esporádicamente y que hemos tenido la suerte de no comprobar.

La población no es ajena a este problema, por lo que los coches electricos, como el que fabrica la compañía turca TOGG, tiene cada vez más presencia en el mercado.

Frente a la modernidad de la industria, encontramos una ciudad que ha sabido mantener sus costumbres, como el tradicional baño turco. El hamam del Gran Visir Rüstem Pacha, construido hace casi 500 años para Suleiman el Magnífico, aun sigue en funcionamiento. Parece que el ambiente de las dependencias femeninas es mucho más animado que el de las masculinas. En ellas se reúnen a menudo hasta cuatro generaciones de mujeres que colaboran en el aseo de las demás entonando alegres canciones. En cuanto a los hombres, el hamam continúa siendo popular entre los de más edad, que lo visitan con regularidad.

Si hablamos de tradición, no podemos olvidar el mercado. En los bazares encontramos todo tipo de productos, pero sin duda, ninguno tan atractivo como la fruta y verdura. Uno cree haberlo visto todo y, aun así, descubre aceitunas de colores imposibles, kakis secos, fragantes especias, puestos con variedades infinitas de cebolla... Nada tan sorprendente como visitar un mercado turco.









Living in Bursa

We continue our training on the daily life of our Turkish colleagues. 

Bursa is a modern city with a highly diversified industry: textiles, machinery, food. Of all of them, the automotive industry stands out, with up to eight brands, making the city the country's largest production centre in this sector. This has a major impact on the high levels of pollution that are recorded sporadically and which we have been lucky enough not to see.

The population is not oblivious to this problem, which is why electric cars, such as the one manufactured by the Turkish company TOGG, are increasingly present in the market.

In contrast to the modernity of industry, we find a city that has managed to maintain its customs, such as the traditional Turkish bath. The hamam of the Grand Vizier Rüstem Pacha, built almost 500 years ago for Suleiman the Magnificent, is still in operation. The atmosphere in the women's quarters seems to be much more lively than in the men's quarters. Up to four generations of women often gather in the women's quarters to help each other in their grooming by singing cheerful songs. As for the men, the hamam is still popular with the older men, who visit regularly.

If we are talking about tradition, we cannot forget the market. In the bazaars you will find all kinds of products, but certainly none as attractive as fruit and vegetables. You think you've seen it all and yet you discover olives of impossible colours, dried kakis, fragrant spices, stalls with endless varieties of onions.... Nothing as surprising as a visit to a Turkish market. 

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